La implementación del MPD es un fiel reflejo del compromiso organizacional de CIC S.A. por mantener
nuestra reputación y comportamiento íntegro, por este motivo, en el caso que algún colaborador
cometa alguno de estos delitos no solo quebranta nuestra cultura corporativa, sino que, además, tal
hecho ha tenido lugar a pesar de los esfuerzos desplegados por la Compañía para evitarlos.
El MPD tiene como deseo el disuadir la perpetración de delitos, a través de identificar, cuantificar, y
controlar los riesgos propios de nuestro negocio. Enfocando un modelo de detección oportuna de
éstos y en la mejora continua de los procesos respectivos, mitigando la probabilidad de ocurrencia del
delito.
Finalmente, a través del MPD se persigue que CIC S.A. cumpla con los deberes de dirección y
supervisión que la Ley impone a sus dueños, controladores, responsables, ejecutivos principales,
representantes legales o quienes realicen actividades de administración, supervisión y especialmente
del directorio.
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